Ajedrez de la eternidad
He visto castillos caer y desmenuzarse en el olvido He sentido el odio y el desdén, el rechazo y el invisibilizamiento He visto reinas en jaque mate y peones esclavizados He ardido con el espeso rojo de las fulminantes pasiones He visto estrellas consumirse y constelaciones crearse He sentido el amor y el deseo, la amabilidad y la compasión He visto historias ser escritas en papeles de vidas perdidas He ardido con la fría llama del amor no correspondido He vivido de curas que son más dañinas que la enfermedad He tomado del más dulce veneno de mentiras blancas y del más amargo trago de crudas verdades He nadado en memorias de las arenas del tiempo He ojeado la perfección de los opuestos que conviven en armonía paradójica He vivido y viviré en el tablero de la vida, el más imperfecto ajedrez, el juego más cruel de todos