La coleccionista de heridas
Le gustaba coleccionar heridas su pasatiempo favorito era mantenerlas frescas en un eterno estado de palpitante parafilias Su deber más sacro consistía en nutrirlas, cuidarlas, amarlas... Le gustaba echarle sal a la herida disfrutaba de la expectativa (el juego previo) la excitaba el dolor, (el masoquismo) aunque odiaba tener que esconder (la máscara) su preciada perversión, se complacía en manipular (el control) a los ignorantes ilusos que se preocupaban por ella Pero lo que más la satisfacía lo que la hacía retorcerse de placer hasta perder la razón (locura) era clavar sus garras en la tierna piel (fetiche) que temblorosa cedía al hambriento desgarre (el acto) y la dejaba en un placido estado de gozosa y nublosa agonía (el clímax) Le gustaba idolatrar sus heridas añoraba la enfermiza paz (droga contra la realidad) encontrada en el sufrimiento que su macabro cul...