Todo comenzó este domingo en el Trasnsitarte, cuando decidí (erróneamente) ponerme unos zapatos que casi nunca uso. Pero digamos que iba preparada para chimarme un poco así que llevaba curitas. Estaba con K, P, T, J y F e íbamos para un concierto, de repente siento algo raro en mi zapato, y según yo, temiendo lo "peor" era que se me había pegado un chicle. Pues cuando vuelvo a ver para abajo es todavía más malo, se había soltado gran parte de la suela del zapato izquierdo, esos desgraciado zapatos no solo me lastimaron, no eso no les basto, se tenían que romper... Lo que más me preocupo en ese momento es que no quería ir hasta el supermercado para comprar gomaloca porque no quería perderme el chivo, bueno y obvio que no se terminara de zafar la suela. Les enseñé a mis amigos mi desastre de zapato y J tuvo la genial idea de ponerle un chicle para pegarlo. Yo no tenía chicle así que K me cedió bondadosamente el chicle que se estaba comiendo, pero eso no alcanzo, entonces J ta...
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