Llamado de la luna

Un momento me basta para querer cambiar.
Pero un momento también basta para arrepentirme.
El reloj me acusa de no decidir,
y las personas barullan a mi alrededor.
Un arrullo  me llama, es el río.
El río que limpia y renueva,
que refresca y purifica.
Mi sueño es ser como la luz de la luna;
que ilumina sin enceguecer ni quemar.
Atreverme es todo un reto,
pero cuando la luna y el río llaman,
bueno, es un llamado que no se puede ignorar.

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